Adaptabilidad y automotivación fueron algunas de las habilidades blandas más desarrolladas en los últimos meses
La COVID-19 nos ha puesto a todos en una situación de alto estrés no solo en lo personal, sino en lo laboral; demostrando así que las habilidades blandas son importantes para contribuir al éxito de las organizaciones.
El 2020 fue un año de constantes cambios, incertidumbres y ambigüedades; por lo que las habilidades blandas que más se vieron desarrolladas fueron la adaptabilidad de los colaboradores para hacer frente a estos cambios, y la automotivación para quienes trabajaron de forma remota siendo responsables y cumpliendo plazos con nula supervisión, rompiendo tabús, además, sobre el trabajo remoto y la falta de compromiso en esta modalidad.
Como se sabe, las habilidades o competencias blandas son un conjunto de conocimientos (saber), habilidades (poder) y actitudes (querer) que se relacionan con el desempeño de los individuos en un entorno organizativo concreto y son las claves a la hora de liderar con éxito.
A diferencia de las habilidades duras, que son aquellas que aprendemos, las habilidades blandas son mucho más difíciles de identificar y mejorar ya que éstas tienen impacto directo en cómo uno se relaciona con terceros.
Las competencias blandas son importantes porque nos permiten hacer frente a una determinada situación analizando, entendiendo, planificando y desarrollando tareas para alcanzar cierto objetivo.
Dada la coyuntura de la Covid-19, ciertas habilidades blandas, por sus características, han sido las más buscadas o consideradas por las empresas en sus reclutamientos; sin restar importancia a otras. Estas son:
Estas son sólo algunas de las habilidades blandas que han sido más demandadas por las empresas. Es importante que los colaboradores las desarrollen y para ello deben tener un elevado autoconocimiento para poder identificarlas y modificarlas.